Testimonio de ANA ISABEL ESPÍN FERNÁNDEZ, catequista y
colaboradora de las Parroquias de Nuestra Señora de la Consolación de La Copa y
Nuestra Señora del Rosario de Bullas.

Desde la primera
escena el que está sentado en la butaca no se queda indiferente, cualquiera se
siente identificado por la enfermedad de algún “David”; por el sufrimiento de
algún “amigo”; por la desesperación y el dolor de alguna “Carmen”; por las
crisis de fe del que se cree “buen cristiano” viviendo todos los días un
Domingo de Ramos. Canción a canción, imagen tras imagen el espectador va
sintiendo el calor en su corazón, las lágrimas cayendo sobre las mejillas y
dando gracias a Dios por su Amor infinito.
Asistir a esta
representación es ir a meditar, a encontrarte contigo y con el dolor del mundo,
pero también es asistir al más bello triunfo del AMOR, a ser testigos de Jesús que con su muerte nos
da la vida y la esperanza para seguir adelante.
Desde estas
tierras altas de la Diócesis de Cartagena os deseo mucha fuerza para seguir con
esta obra de oración y fe. Los que
estáis detrás de esta empresa sois muy grandes, Dios está en vosotros. Gracias
por vuestra labor.